El cuerpo se construye a partir de los pies: “la forma del pie influye sobre la estructura general del organismo, considerando, además, que el apoyo plantar condiciona la alineación de la columna vertebral”.
Los pies simbolizan arraigo y firmeza, están relacionados con nuestra manera de ser y de ver la vida.
El pie tiene una doble función:
– Recibir el peso del cuerpo y la reacción del suelo
– Permitir el desarrollo dinámico del paso al caminar
También es importante saber que es a través del contacto del pie con la tierra que recibimos la energía de ésta (la función principal del Centro bajo, la “carga”). Los seres humanos actuamos como antenas, ya que somos capaces de emitir y captar energía.
Por eso es tan importante recuperar el potencial creativo y no para juzgarnos, sino para prestarnos atención, mirarnos dentro y comunicarnos paciente y amablemente con nuestro cuerpo, desde la ecuanimidad.
¿Me gustan mis pies? ¿Los cuido? ¿Cómo? ¿Sabemos realmente porque son tan importantes? ¿Cómo los siento? ¿Cómo me planto en la realidad?
El Grounding o enraizamiento es caminar descalzo sobre hierba, tierra, o arena, es decir, entrar en contacto con la energía de la tierra a través de nuestros pies. Es el contacto energético con la realidad interna y externa. Este “tener los pies en el suelo” nos ayuda a sentirnos más enraizados-as y conectados-as, con más base y más seguros, recuperando la unidad cuerpomente.
Los pies simbolizan arraigo y firmeza, están relacionados con nuestra manera de ser y de ver la vida.
El enraizamiento nos permite también activar nuestras misiones, nuestros potenciales, liberarnos de energías negativas, sentir mejor el cuerpo, recuperar nuestra fortaleza, nuestro poder, sentir más seguridad y más conexión con el mundo físico, con los demás, más pertenencia.
Sería muy enriquecedor aprender ejercicios de enraizamiento desde la infancia. Eso evitaría crecer sin raíces y llegar a la adolescencia con sensaciones de desarraigo, no pertenencia, falta de propósito y con tendencia a evadirnos de mil maneras para evitar sensaciones desagradables como el vacío interior,…
¡Pero tranquil@s! Hay muchas técnicas para el enraizamiento que podemos practicar desde ahora mismo:
* Caminar descalzos-as por la Naturaleza, abrazar árboles
* Cultivar un Huerto, trabajar la Tierra
* Volver al cuerpo: Ejercicios de Centro Bajo, bailar, hacer yoga , senderismo , deporte , etc.
* Pasear por la orilla del mar o introducir los pies en un recipiente con agua, a la que le añadimos Sal y dejarlos un rato
* Meditación para el enraizamiento: Sentados-as en una silla, cerramos los ojos e imaginamos cómo desde nuestros pies empiezan a salir unas raíces que se van introduciendo en la Tierra, hasta llegar a unos 30 centímetros por debajo al menos y en la parte de arriba de nuestra cabeza, y a través de nuestros brazos, se extienden unas ramificaciones, a unos 30 centímetros por encima como mínimo, como queriendo llegar al Sol. Con respiración serena y profunda.